lunes, 28 de diciembre de 2015

SÍNDROME DE DIÓGENES

¿Cómo debe actuar la Comunidad de Propietarios si hay un vecino que lo sufre?
El Administrador de Fincas ¿Cómo debería actuar?

          Hace ya unos cuantos años, nos encontramos en uno de los pisos administrados, un caso de una mujer llamada Alicia M. que sufría el síndrome de Diógenes y el síndrome de Noé. 
Recuerdo perfectamente a esa anciana que vivía en un piso situado en pleno centro del Raval de Barcelona.
Me impactó profundamente su situación y el estado físico en que se encontraba. Como Abogado y Administradora de Fincas intenté por todos los medios que la anciana finalizara el resto de su vida de la mejor manera en una residencia de ancianos, pues su estado físico era lamentable y sin duda en poco tiempo hubiera fallecido.
El piso además estaba totalmente lleno de basura en todas y cada una de las habitaciones; convivía con más de 10 gatos a los que alimentaba con palomas (síndrome de Noé), patología que lleva a acumular en casa un número desmesurado de animales de compañía.
Fue básica la coordinación entre una serie de profesionales: servicios especializados en salud mental, Guardia Urbana, servicios de limpieza, protectora de animales, servicios Sociales, Juzgados, Administrador de Fincas, Abogado, Procurador y vecinos, para conseguir que la anciana pudiera acabar sus últimos años de vida en una residencia y no acabara muriendo sola en el piso.

Alrededor de 250.000 personas, -un 3% de la población mayor de 65 años-, están afectadas por el síndrome de Diógenes u otros trastornos asociados.
Las personas que sufren este síndrome viven en una situación de aislamiento social, suciedad, falta de higiene personal, acumulación de basuras y objetos innecesarios, que provoca dificultades en las relaciones interpersonales y de convivencia. Hay veces en que el anciano trae basura de la calle y otras la generan y no la sacan de casa, normalmente es gente que ha roto completamente el vínculo con la familia.

La relación vecinal se hace insoportable e imposible, ya que sufren los malos olores y algún tipo de plaga y los vecinos se alarman porque podría incendiarse el piso.

Es frecuente asimilar el síndrome de Diógenes con un nivel socioeconómico bajo y no siempre se corresponde, ya que en alguna ocasión los ancianos pueden reunir grandes cantidades de dinero en su casa o en el Banco sin que sean conscientes de lo que tienen. Ellos piensan que su situación es de pobreza extrema lo que les lleva a ahorrar y guardar toda clase de cosas.

           La Comunidad
 de vecinos y el Administrador al tener conocimiento, deben intervenir cuando se detectan las primeras manifestaciones del síndrome en el piso.
Solo si el afectado no admite ayuda se debe denunciar ante el Juzgado, porque hay riesgo para la persona y para terceros si no deja acceder a la vivienda.

El procedimiento que se debe iniciar persigue dos objetivos:
1.-Informar a las autoridades competentes, tanto en materia judicial como de salud.
2.-Ayudar para que las personas afectadas puedan mejorar sus condiciones y calidad de vida.

Cuando la Comunidad se reúne en Junta, se debe incorporar al orden del día el punto referente a que se aprecia la existencia de un vecino con el síndrome de Diógenes. Seguidamente  hacer constar en el acta los hechos y la problemática que se está observando en la Comunidad. Posteriormente la función del Administrador es redactar instancia y escrito con el contenido del acta dirigido al Ayuntamiento (Unitat Social del servei de Salut de l'Ajuntament) a fin de solicitar inspección sanitaria del piso y también a los Servicios Sociales de la zona, para iniciar una valoración social de ayuda y apoyo a la persona afectada por el síndrome.

El Administrador tiene un papel fundamental de intermediación. Si hay algún familiar vivo se intenta poner en contacto, si no los hay se contacta con los Servicios Sociales asignados con el fin de conseguir que esa persona pueda vivir en una residencia, o si es necesario le puedan dar algún tipo de soporte a domicilio.

Finalizo el escrito manifestando que gracias a un gran trabajo en equipo por parte de Finurba, Asistentes Sociales, Juzgado, etc... Alicia se salvó, los vecinos dejaron de tener problemas, el piso se limpió y rehabilitó, pero hay muchas más Alicias. Nuestro trabajo como Abogados y Administradores es seguir trabajando y teniendo fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana.
  
FINCAS FINURBA S.L
ANA AMAT
Abogado y Administradora de Fincas



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