¿Cómo debe
actuar la Comunidad de
Propietarios si hay un vecino que lo sufre?
El
Administrador de Fincas ¿Cómo debería actuar?
Hace ya unos cuantos
años, nos encontramos en uno de los pisos administrados, un caso de una mujer
llamada Alicia M. que sufría el síndrome de Diógenes y el síndrome de
Noé.
Me impactó
profundamente su situación y el estado físico en que se encontraba. Como
Abogado y Administradora de Fincas intenté por todos los medios que la anciana
finalizara el resto de su vida de la mejor manera en una residencia de
ancianos, pues su estado físico era lamentable y sin duda en poco tiempo
hubiera fallecido.
El piso además estaba
totalmente lleno de basura en todas y cada una de las habitaciones; convivía
con más de 10 gatos a los que alimentaba con palomas (síndrome de Noé),
patología que lleva a acumular en casa un número desmesurado de animales de
compañía.
Fue básica la
coordinación entre una serie de profesionales: servicios especializados en
salud mental, Guardia Urbana, servicios de limpieza, protectora de animales,
servicios Sociales, Juzgados, Administrador de Fincas, Abogado, Procurador y
vecinos, para conseguir que la anciana pudiera acabar sus últimos años de vida
en una residencia y no acabara muriendo sola en el piso.
Las
personas que sufren este síndrome viven en una situación de aislamiento social,
suciedad, falta de higiene personal, acumulación de basuras y objetos
innecesarios, que provoca dificultades en las relaciones interpersonales y de
convivencia. Hay veces en que el anciano trae basura de la calle y otras la
generan y no la sacan de casa, normalmente es gente que ha roto completamente
el vínculo con la familia.
La
Comunidad de vecinos y el Administrador al tener conocimiento,
deben intervenir cuando se detectan las primeras manifestaciones del síndrome
en el piso.
1.-Informar a las
autoridades competentes, tanto en materia judicial como de salud.
2.-Ayudar para que
las personas afectadas puedan mejorar sus condiciones y calidad de vida.
Recuerdo perfectamente a esa anciana que vivía en un piso situado en
pleno centro del Raval de Barcelona.
Alrededor de 250.000 personas, -un
3% de la población mayor de 65 años-, están afectadas por el síndrome de
Diógenes u otros trastornos asociados.
La relación vecinal se hace
insoportable e imposible, ya que sufren los malos olores y algún tipo de plaga
y los vecinos se alarman porque podría incendiarse el piso.
Es frecuente asimilar el síndrome
de Diógenes con un nivel socioeconómico bajo y no siempre se corresponde, ya
que en alguna ocasión los ancianos pueden reunir grandes cantidades de dinero
en su casa o en el Banco sin que sean conscientes de lo que tienen. Ellos
piensan que su situación es de pobreza extrema lo que les lleva a ahorrar y
guardar toda clase de cosas.
Solo si el afectado no admite
ayuda se debe denunciar ante el Juzgado, porque hay riesgo para la persona y
para terceros si no deja acceder a la vivienda.
El procedimiento que se debe
iniciar persigue dos objetivos:
Cuando la Comunidad se reúne en Junta, se
debe incorporar al orden del día el punto referente a que se aprecia la
existencia de un vecino con el síndrome de Diógenes. Seguidamente hacer
constar en el acta los hechos y la problemática que se está observando en la
Comunidad. Posteriormente la
función del Administrador es redactar instancia y escrito con el contenido del
acta dirigido al Ayuntamiento (Unitat Social del servei de Salut de
l'Ajuntament) a fin de solicitar inspección sanitaria del piso y también a los
Servicios Sociales de la zona, para iniciar una valoración social de ayuda y
apoyo a la persona afectada por el síndrome.
El Administrador tiene un papel
fundamental de intermediación. Si hay algún familiar vivo se intenta poner en
contacto, si no los hay se contacta con los Servicios Sociales asignados con el
fin de conseguir que esa persona pueda vivir en una residencia, o si es
necesario le puedan dar algún tipo de soporte a domicilio.
Finalizo el escrito manifestando
que gracias a un gran trabajo en equipo por parte de Finurba, Asistentes
Sociales, Juzgado, etc... Alicia se salvó, los vecinos dejaron de tener
problemas, el piso se limpió y rehabilitó, pero hay muchas más Alicias. Nuestro
trabajo como Abogados y Administradores es seguir trabajando y teniendo fe en
el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana.
FINCAS FINURBA S.L
ANA AMAT
Abogado y Administradora de Fincas
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